a contracorriente

Cuando casi todo el mundo termina sus vacaciones y se va reincorporando a sus actividades habituales, entonces me llegan a mí .

Desde que por casualidad, hace ya más de 10 años, fuimos a parar a Sant Carles de la Ràpita he vuelto siempre que he podido. No me gustaba mucho en agosto, por el calor, pero ahora que la disfruto en septiembre, es otra cosa.

No sé muy bien que es lo que me gusta de la ciudad, no hay grandes monumentos ni es un lugar con increibles paisajes... no , más bien es un sentimiento. Allí, me encuentro como en casa.

El paisaje del Delta sí que es especial, mirar hacia el horizonte sin que nada estorbe a la vista, relaja mucho. En esta época empieza la cosecha del arroz, pone un poquito de los nervios encontrarse de frente con las cosechadoras en esas carreteras tan estrechas, alguna vez han tenido que meterse en un campo para que yo pudiera pasar con el coche, pero la gente del Delta es tranquila y amable.

Nos veremos en octubre